PRIMER ACTO
(Interior del
rancho de Don Liborio. Al atardecer,
el paisanaje se divierte con bailes, cantos y juego
de taba. En un ángulo, un viejo ensaya posturas de
malambo que tocan los guitarreros. Se juega en la
ramada del fondo, y pasa de cuando en cuando el
mate tradicional cebado por Zampayo. Al abrirse
la cortina reina gran animación)
Escena Primera
(Liborio, Zampayo, Pirincho, León, Jacinta, Liberato
Paisanos invitados - Bailarines y guitarreros. En el
fondo: Braulio, Rudecindo y otros paisanos. En el
centro de la escena dos paisanos zapatean el
"Malambo")
LIBERATO
(A un costado de la escena, en primer término,
relatando con gran misterio a varios paisanos.
... Dicen que su overo...
manotea al gauchaje, mientras el Matrero
(Jacinta, Zampayo, Pirincho y otros convidados,
escuchan con gran atención a Liberato)
asesina con un facón largo y sin cruz,
pa’ que ansina no descanse el muerto!
JACINTA
(persignándose)
¡Ave María!
(Don Liborio, en el ángulo opuesto,
platica con otros invitados)
ZAMPAYO
(a Pirincho)
¿Oistes?
LIBERATO
(prosiguiendo)
Es un tigre...
¡Salta redepente
y se güelve al monte llevando una presa!...
LIBORIO
(desde el costado opuesto interrumpe con fastidio)
¡Es una sabandija.
(El viejo del malambo suspende el zapateo)
¡Cruza el nombre y a tuitos les dentra como chucho!
ZAMPAYO
(dándole un mate)
¡A mí no!... Siento a gatas, al oírlo, una rendija
aquí en el espinazo...
que me apaga hasta el pucho!
PAISANOS
¡Ja, Ja, Ja, Ja!
LIBORIO
(alegremente, a los invitados)
¡Menéen esas tabas!
ZAMPAYO
(tomando el mate que le entregue don Liborio)
¡Sí; que siga la trilla!
JACINTA
(a Zampayo)
¿Eh?
¡Bagual!
LIBORIO
(alegre)
¡Mi rancho es una cancha de tradición;
su alegría, la nuestra, con jugo de gramilla,
va presa en las cadenas del "Pericón",
(prosigue el Malambo y se reanuda el baile)
BRAULIO
(Jugando a la taba en el fondo)
¡Va el güeso!
ZAMPAYO
(a Braulio)
¡Ataje!"
(a Liberato y aludiendo al mate)
¡Chupe ese mancarrón!
(le entrega el mate)
¡Me via jugar el saco!...
(corre hacia el fondo)
RUDECINDO
(al de la taba)
¡Tire!
BRAULIO
(fuera)
¡Va el güeso!
PIRINCHO
¡Jacinta; que deme pasteles!
JACINTA
(pasando de largo con su bandeja)
¡Callate atorao!
PIRINCHO
¡Tengo la mosca en el buche!
LIBERATO
(buscando a Zampayo)
¿Y el conchavao pal mate?
ZAMPAYO
(entra corriendo)
¡Asujeten!
(indica, con grandes aspavientos, que llega gente.
Todos van hacia el fondo; cesa el malambo)
LIBERATO
¿Qué hay?
PIRINCHO
(desde el fondo)
¡Zas!....¡Qué bicho!
(Todos se agrupan llenos de curiosidad hacia donde
indica Zampayo. Entran varios paisanos, entre ellos,
Panchita y Aguará del brazo. Todos los rodean)
ZAMPAYO
¡No arrempujen!
¡Que dentra …. el mirasol!
AGUARA
(sofocado, ahogándose)
¡Aire! ¡Aire!
ZAMPAYO
(a las carcajadas)
¡Ja, Ja, Ja, Ja!
JACINTA
(abrazando y saludándola a Panchita)
¡Panchita!
ZAMPAYO
¡Ráite, Pirincho!
(Pirincho ríe)
PIRINCHO
(aludiendo a los polvos y afeites de Panchita)
¡Qué cara pá’ estornudarla!
ZAMPAYO
(a León)
¡Es un pichón de carpincho!
¡Lión ayudame a mirarla!...
PANCHITA
(furiosa, a Pirincho que sigue riendo)
¿Querés cortar el relincho?
(a Zampayo)
¡Ráite, pollo con virgüela!
ZAMPAYO
(alude a su única espuela)
¿Pollo? ¿Y no me ves la espuela?
(exhibe su espuela)
PAISANOS
¡Ja, ja, ja, ja!
PANCHITA
(encarándose con Zampayo)
Sos como una cicatriz,
un panal, una barranca;
¡cuando te anda en la nariz
hasta la mosca, se manca¡
(Sigue un fragmento agregado
por el autor entre 1948 y 1958)
ZAMPAYO
(a León)
¡Abrite que la topo!
LIBERATO
¡Che!...
¡Que es bellaca!
LEÓN
¡Lléveme algo en ese copo!
ZAMPAYO
¡No puedo! ¿No ves que es vaca?
PANCHITA
(con un grito)
¡Vaca!
(furiosa)
¡Flojón: agarrá una estaca,
te allegás a la tapera
y aclarás con tu aparcera
(con sorna)
el asunto 'e los gurises!
(a Zampayo, hiriente)
¡No tenés dos de una laya!
(a todos)
¡Hay de ojos negros y grises
y es mulato el más chicuelo!
¿Serán tuyos?
PIRINCHO
(como si llamara al gato)
¡Crelo!¡Crelo!
LIBORIO
(alegre)
Y ai no habrá'lguno que sobre.
LEÓN
(a Zampayo)
¡Retruque!
LIBERATO
¡Conteste!
ZAMPAYO
¿Pero, quién le vido a un pobre...
tropilla del mesmo pelo
PAISANOS
¡Ja, Ja, Ja, Ja!
(fin del fragmento agregado )
LIBORIO
(interviniendo para cortar)
¡Se acabó!
PANCHITA
(amable, a Liborio)
¡Pero qué es esto, Liborio!...
¿dar baile á l' ora e' sestiar?
LIBORIO
(con sorna)
¿Y no sabés que a sol puesto
no salen ni a resollar
porque una sombra al puertiar
los agarra del "cabresto"?
¡Ja, Ja, Ja, Ja!
LIBERATO
¡Juéguele risa!
LIBORIO
(alegre, a los guitarreros)
¡Punteen! Con media caña,
ZAMPAYO
(invitándola)
¡La "Media Caña", Panchita!
LIBORIO
Si pone maña
Pesca el rabón al coludo!
(se forman las parejas)
ZAMPAYO
¡Pero quién pesca un peludo
nomás que con media caña.
(los paisanos bailan y cantan)
PAISANOS
(mientras se baila la "Media Caña")
¡La, la, la, la!
¡A la media caña,
yo tengo un porrón
pa' echar las lechuzas
de mi corazón!
¡Chinita serrana
yo no reconozco
más que una luz mala:
la de tus ojos!
¡La, la, la, la!
¡Guitarras que tocan
un Gato a compás
callaos la boca
mirarse nomás.
¡La, la, la, la!
(gritos internos interrumpen el baile)
Escena Segunda
(Los mismos. Pontezuela, Zoilo, Margarito y
varios peones. El baile se interrumpe. Se oyen
gritos y ladridos cercanos)
PONTEZUELA
(entra seguida de los peones por la puerta del foro.
Trae en su diestra un nido de hornero)
¡Maulas! ¡Cái la tarde y a un ruido cualquiera
pegan la espantada!
LIBORIO
(cariñoso)
¡Alléguese m' hija!
(al verla en traje de trabajo)
¿No viene aperada?
PONTEZUELA
(despreciativa a los que la acompañan)
¡Maulas!
ZOILO
(agitado)
¡Repriéndala, viejo!...
No bien encerramos a la ternerada,
Oímos un ruidaje ái pa’ la tranquera!
¡Avanzó juriosa tuita la perrada!).
ZAMPAYO
¡Salile!
ZOILO
¡Está guapa ya tiró pa' juera!
¡Aguáite, le grito, moza!... ¡No me espera!
espanta al barcino
y dentra en la sombra...
¡Corremos!
LIBORIO
(severamente)
¡M' hijita!
ZOILO
La hallamos parada
mirando pal' monte,
mientras la perrada le iba rezongando...
LIBORIO
¡Sos valiente m' hija!
¿Por qué hicistes eso?
PONTEZUELA
(enigmática)
...Yo no sé,... por nada...
ZAMPAYO
¿ y si era el "Matrero"?
(El nombre del bandido, provoca una
sensación de intranquilidad general)
PONTEZUELA
¡Les dentran temblores al primer amago!
(Al padre)
¡Sabe que era el ruido? ¡Un nido de hornero caido!
(lo muestra y deja después en el suelo)
LIBERATO
¡Mal agüero!...
PONTEZUELA
¡Pa’ gente asustada!
LIBERATO
(a Zampayo, en voz baja)
¡Dentra a lo salvaje!
¡Parece que trujo de tiro el desierto!
PONTEZUELA
¡Tal vez no es valiente!...
Es no más que gaucho... Lo colijo… ansina
No trai el desierto... Lo arrea de frente
(con calor creciente)
y juye esperando la mano e' la china que salga,
se prienda al fiador, y lo siente.
LIBERATO
(a Pontezuela)
¡T'as loca, es un tigre!
LIBORIO
(a Liberato)
¡Dejala! ¿No es cierto que te ráis, cachorra?
LIBERATO
... Ya está escuro
LIBORIO
(a todos)
¡A ver un malambo!¡Priendan esas luces!
¡A marear el susto!
AGUARÁ
(a Liberato)
¿Vamos?
LIBERATO
(yendo hacia la puerta)
¡Vamos!
PIRINCHO
...Oiga, Don Liborio:
¿Y si nos sale al cruce?
LIBORIO
(entre asombrado y despectivo)
¡Y estos son mis criollos!
PONTEZUELA
¡Deje, Tata!
(Alguno cierra la puerta y pone la tranca;
otro enciende la lámpara que pende del techo)
LIBERATO
¡Es tarde!
LIBORIO
(fastidiado)
¡No es cierto, amigo;
es que nombró al Matrero
y todo el mundo se arrolló cobarde!
LIBERATO
¡Semos de paz!
LIBORIO
(autoritario)
¡Alléguense!
(todos rodean a don Liborio toma el nido)
Un hornero
bicho trabajador, se halló un güen día
con un tordo, ese pájaro matrero
que es haragán hasta pa’ tener cría.
(risas contenidas)
El tordo aquel, lo mesmo que el bandido,
peliaba más que el bicho chacarero
a punta e’ pico atropelló al hornero,
¡lo echó del poste y se ganó en el nido!
(exclamaciones)
¡Apriendan áura!
¡El desterrao herido,
toca el clarín de alerta; esa llamada
l’agarra el aire, silba en los esteros,
la mermura el arroyo a la pasada,
cad' árbol, cada cruz, cada ramada
pare un hornero y se hacen mil horneros!
¡Tuitos gritan, abriendo el abanico
de cad' alón pa’ resollar coraje...
y p'al nidal aquél alzan el viaje
con un trozo de barro en cada pico.
Llegan y uno por uno, bicho a bicho,
con esa tierra que los hizo juerte
le cerraron al nido la salida
y quedó el tordo acorralao en vida
por nuestro barro, que condena a muerte!
PONTEZUELA
(indignada, protesta,)
¡Eso no es gaucho!
LIBORIO
(con mayor vehemencia)
¡Apriendan del hornero!
¡Que tuito el pago
se rejunte ansí
y enterrará en los surcos al Matrero!
ZOILO
(escuchando junto a la puerta)
¡Cállense!...
(suena dentro la coscoja de un caballo)
ZAMPAYO
¡Una coscoja!
(alarma general, luego silencio)
JACINTA
¡Andan allí!...
(quedan todos en temerosa expectativa)
Escena Tercera
(Dichos y Pedro, afuera. Preludia una guitarra)
PEDRO
(desde afuera)
¡Pontezuela; mi vigüela
sabe que viene a llorar,
pero precisa tu espuela
Pontezuela
Pa’ rasguear!
Sabe que va a enronquecer
En bordonas al mirarte;
Que tuito en vos desconsuela;
Que no la vas a escuchar
y tiene miedo de hallarte,
Pero te viene a buscar, Pontezuela,
Mi vigüela...
Con su lento bordonear!
(se oyen tres golpes. Pontezuela escucha con
evidente interés, acercándose a la puerta)
ZAMPAYO
¡Cuidao!
LIBORIO
(decidido)
¿Quién es?
PEDRO
(interno)
...Un cantor...
PONTEZUELA
(como desilusionada. Despectiva)
¡Ni le abra!
PEDRO
(interno)
¡No hallé al cruzar más que este rancho con luz.
Mi mancarrón se arrocina llego buscando manea,
agua y sueño!
LIBORIO
(Yendo resuelto hacia lo puerta)
¡Abro! ¡No importa quien sea!
Aquí hay techo y mate. ¡Dentre!
(Abre. Los hombres se hacen a los costados, las
mujeres atrás, aquellos echan mano a las armas)
Escena Cuarta
(Los mismos y Pedro)
PEDRO
(entrando. Lleva una guitarra a la espalda)
¡Gracias!
LIBORIO
¡Dios lo guarde!
PEDRO
(a Pontezuela)
Moza:
Soy payador; he llegao
a este rancho cabrestiao
por las mentas de sus ojos.
¡Se escuende entre los rastrojos de mi chircal,
ese bichito de luz
que sabe incendiar los rojos penachos del cardenal!
¡Yo levanto mi tapial
de noche como la araña;
Si el estilo me acompaña,
es pa’ que no ande tan triste!
Me dicen que usté es huraña
y yo campeo un dolor;
soy... como el trébol de olor...
que perfuma a quien lo daña.
(Zoilo sale furtivamente como a vigilar)
LIBORIO
(a Pedro)
¡Vea! Llegó pa’ rodar...
PONTEZUELA
(a Pedro)
La .guitarra es su querencia
El que sabe bordonear
"la güeya", no tiene ausencia.
Un "triste", suele ayuntar
dos manos, que al suplicar
forman como una cumbrera
Con "medias cañas" cantor,
Usté la puede quinchar...
¡Si hace rancho en el cantar!
¿Qué más quiere el payador?
LIBORIO
(a Pedro)
¡Hay que llevar la mancera
y a mi gaucha de pollera,
cantarle nomás que allí,
sobre el surco!...
PEDRO
¡En la tranquera,
Soy flor!...
PONTEZUELA
¡Y yo camuatí!
Escena Quinta
ZOILO
(entrando agitadísimo. Enérgico)
Dos a esa puerta!
LIBORIO
¿Qué pasa?
(grito de mujeres)
ZOILO
(indicando a Pedro)
¡Es el bandido!...
Salí...
Vide el overo maniao!
(todos se agolpan, echando mano al facón)
PEDRO
¿Y áura?
¿Cierran contra mí?
ZOILO
¡Contra vos, todos!
PONTEZUELA
¿Lo van a matar ansí?
(con un salto se coloca junto a Pedro)
LIBORIO
(a los peones, haciendo un grupo con Pedro y su hija)
¡Cuidao!
(a Pedro)
Póngase aquí a mi costao
¡Yo lo defiendo! ¡Soltá su caballo, Margarito!
(Margarito obedece rápido. A todos, imperioso)
¡Envainen!
(los peones obedecen)
¿Cómo el Matrero va a cair,
tan luego, a mi rancho...
pa’ que al ver su mancarrón,
todos sepan que es carancho
y lo maten en montón?
BRAULIO
¡Está armao!...
(Liborio lo mira. Pedro saca la daga y se la entrega)
PEDRO
(entregando su facón)
¡Tenga patron!
(asombro general)
PONTEZUELA
(decepcionada)
¡Ya ven! ..¡Es un disgraciao!
(Se separa de Pedro con gesto de compasión
y de disgusto)
(transición)
LIBORIO
Güeno...
¡Váyanse!... ¡Ya es noche!
(todos salen lentamente; don Liborio acompaña
a los invitados)
AGUARÁ
Vamos... Vamos.
BRAULIO
Vamos...
PANCHITA
(a Aguará)
¡Vos, no cinchés, que en el viaje...
Salga ese hombre y nos ataje!
(salen)
RUDECINDO
(afuera)
¡Lión!
LEÓN
(afuera)
¡Que!...
RUDECINDO
(afuera)
¡Montá con cuidao!
PANCHITA
(lejos)
¡Adiós!
(Voces cada vez más lejanas)
LEÓN
(afuera)
¡Matungo alunao!… ¿Traís revólver?...
RUDECINDO
(lejos)
¡No! ¡Facón
(más lejos cada vez. Zampayo y Pirincho
salen los últimos, con cómica precaución)
ZAMPAYO
(a Piríncho)
¡Vos sos hornero y yo tordo...
Vos trabajás, yo te cuido...
¡Vos estás flaco y yo gordo!...
¡Vení a servirme de estribo!
(salen)
Escena Sexta
(Liborio, Pedro, Pontezuela y luego Zoilo. Liborio
que acompañó a los invitados hasta el foro, vuelve
a la escena)
LIBORIO
(a Pedro, devolviéndole el facón)
Aura escuche: lo he salvao
el bandido o payador
que lleno e' sangre o amor
llama a mi rancho es sagrao
(Llamando)
¡Zoilo!
ZOILO
¡Mande!
(entra)
LIBORIO
(a Zoilo)
¡Dale mi cama!
(Pedro recoge la guitarra e inicia mutis por
derecha. Desde la puerta se vuelve, mira con
ternura a Pontezuela, que continúa despectiva.
Sale. Se acentúa la desconfianza de Liborio. Teme
que su huésped sea el Matrero. Presume que el overo
en libertad haya tomado la dirección de su querencia:
si ésta es el monte, Pedro es el bandido. Cuando Zoilo
pasa Liborio lo detiene)
LIBORIO
(a Zoilo, al oído)
A qué lao buscó el overo salir?
ZOILO
(Advierte el alcance de la pregunta
y fastidiado responde)
Trotió derecho al jagüel.
(El overo defraudó la esperanza de Liborio.
La duda subsiste. Chista una lechuza)
ZOILO
¡Cruz diablo!
(Zoilo se persigna y sale)
LIBORIO
(a Pontezuela)
Andáte a dormir.
(Mutis de Pontezuela por izquierda. Liborio teme
a su huésped, por eso se propone velar el sueño de
Pontezuela. Toma una manta, un trabuco y una silla.
Pasará la noche de guardia entre su hija y el presunto
Matrero. Se sienta mirando para la puerta por donde
salió Pedro y empieza a cargar, lentamente, el arma)
SEGUNDO ACTO
(Patio interior de la casa. Liborio dormita sentado
bajo la enramada. Zampayo juega solo a la "taba".
Pedro trata de arreglar una enredadera que trepa
por la ventana de Pontezuela. Es la hora de la siesta.
En la cocina guitarrean y cantan los peones)
Escena Primera
(Liborio, Pedro, Zampayo. Pedro atraviesa el patio)
LlBORIO
(Dormitando. Despierta, mira hacia izquierda
y aludiendo a Pedro, ordena a Zampayo)
¡Bombiálo!
ZAMPAYO
(espía a Pedro) (volviendo)
... Jue p'al galpón
(pausa)
¿Cabecea?
LlBORIO
...¡No he dormido!
Me pasé a lo perro en vela,
hasta que hubo amanecido,
frente al cuarto e' Pontezuela
(guitarrean los peones en el fogón)
LOS PEONES
(coro interno)
La, la, la, la, la
El "Gato correntino" - mi vida,
Es muy bonito
y más cuando se baila - mi vida,
¡Zapateadito!
(pausa)
LIBORIO
(a Zampayo)
¡Vaya!
(Zampayo torna de mala gana a espiar a Pedro)
ZAMPAYO
¡Ái' gúelve!
(vuelve Pedro)
PEDRO
(a Zampayo)
Diga, ¿No vido la tijera de esquilar?
ZAMPAYO
(fastidiado)
Yo la guardé áy, en el suelo.
(señala hacia fuera, a la izquierda. Mutis
de Pedro a buscar la tijera)
LIBORIO
¡Dejáo!
ZAMPAYO
Y usté m' hizo andar tuito
el día con siñuelo
¿A qué horas l' iba la guardar?
Si Pedro busca puertiar
Ái vá Zampayo e' colita
Si el cantor quiere cantar,
Yo lo salgo a' compañar
¡Toy lo mesmo que una viola!
LIBORIO
(al sentir a la izquierda los pasos
de Pedro. A Zampayo)
¡Calláte!
(señalando a Pedro)
¿Anda por tusar?
ZAMPAYO
Clavao! ¡Va a tusar la cola.
(Zampayo sospecha que Pedro va a cortar la cola
y las crines de su caballo para que no lo reconozcan)
LOS PEONES
(coro interno)
¡La, la, la, la, la!
A Corrientes me juera' mi vida
De buena gana,
A tomar mate amargo - mi vida
Con mis paisanas
(pausa)
PEDRO
(arreglando la enredadera de la ventana
de Pontezuela)
¡Vean que llamar "Lucero"
a un tipo como el Matrero...
es mucha luz pa’ un tapao!
LIBORIO
Rejucila y un cuatrero
debe andar siempre enlutao
¡De apelativo a recao,
dir misturao con la sombra!
ZAMPAYO
... Ser algo que no se nombra
sin santiguarse primero.
LIBORIO
¡Un entrevero
de yaguareté y lechuza
es lo que cuadra: "el agüero"!
PEDRO
(con intención)
Dicen que hace un año entero
que va dejando caranchos
paraos sobre los horcones
pa’ que se espante el coraje,
... y entre tuito el paisanaje
denguno vido al Matrero...
LIBORIO
(por Zampayo)
¿El qué?
(señala a Zampayo)
¡Este!
ZAMPAYO
(apoyando) (con importancia)
Va pa’ un mes largo.
PEDRO
¿y de qué laya es?
ZAMPAYO
(perplejo)
... Yo lo vide medio vago
Cáiba la noche. Lucero,
salió como de ese estero...
(señala la izquierda)
con rumbo a aquellas barrancas!
Iba en el overo,
grande como un güey, y al lao
del mancarrón despintao,
en la cabeza y las ancas,
se me presento clavao
qu' iba el Matrero horquetao
¡sobre cuatro manchas blancas!
(Liborio se persigna)
PEDRO
¡Güeno! ¿Y de qué pelo es él?
(Zampayo hace gesto de ignorarlo)
LIBORIO
(interviniendo con intención, y mirando
al huésped, traza el retrato de Pedro)
Dicen que es un mozo aindiao,
lampiño, de ojos tranquilos,
¡De flaco, un andarivel
ZAMPAYO
(exagerado)
¡Mesmo! Yo en el susto aquél
le vide al hombre hasta filos.
PEDRO
(triste)
Amigo: al que no se humilla
lo va armando el sufrimiento,
como al "tala", árbol de orilla,
le afina espinas el viento.
Escena Segunda
(Zoilo entra por la izquierda, cruza con
un recado hasta prácticamente la derecha)
ZAMPAYO
(a Zoilo)
¡Ché! ¿Cómo es Lucero?
ZOILO
(se vuelve)
Rubio.
PEDRO
(burlón. a Liborio)
¿No oyó?... Pronto es un trigal
(señala a Zampayo)
y este cuenta que el pingo es una osamenta.
LIBORIO
(áspero)
Es que siempre los rilatos
son sigún quien los comenta.
PEDRO
(burlón, despectivo)
¡Pa’ mí que lo han criao acá!
ZOILO
(Bravío)
¿Cómo?
PEDRO
(irónico)
¡De un susto!
ZAMPAYO
¡Á la cuenta!
ZOILO
(desafiante, a Pedro)
¡Agregáo!
¡Y quién le dá confianza?
ZAMPAYO
Se l'a tomao.
ZOILO
¡Sepa... que por ningún aporriao...
ZAMPAYO
(a Zoilo)
¡Sofrenate!
ZOILO
(poniéndose en guardia)
¡Yo me dejo manosiar!
(arremete contra Pedro; Zampayo huye,
y se esconde detrás de un árbol)
LIBORIO
(Interrumpiéndole)
¡Quieto, Zoilo!
PEDRO
(ruge)
¡Dijunto!
(Pedro saca el facón y se enrolla
el poncho en el brazo para pelear)
Escena Tercera
PONTEZUELA
(adentro)
¡Entréguese, maula!
(Zoilo apunta con su revólver. Pedro al oír la voz
de Pontezuela se detiene, y luego guarda el facón)
ZOILO
(guardando el revólver)
¿Y áura? ¡Oigale al guapetón!
¿Si se creyó que era el cuco?
(Pedro soporta, humillado,
el silencio de los circunstantes)
LIBORIO
(abandona todo temor acerca del huésped. La
mansedumbre de Pedro niega al Matrero y
hace innecesarias las precauciones. Por eso
ordena a Zoilo que descargue el arma. A Zoilo)
¡Basta! Descargá el trabuco.
ZOILO
¡Le dentró rispeto!
(Zoilo recoje el recado y sale)
LIBORIO
(a Pedro)
¿Oyó? Queda otro coraje amigo
si el del facón aflojó
ábrale cancha al del trigo.
PONTEZUELA
(entrando. A Pedro, al verlo cabizbajo)
¿Qué tiene? ¿Lo asusté?
ZAMPAYO
(Volviendo a la escena todo agitado)
¡Pobre Zoilo! ¿Lo mató?
LIBORIO
(a Zampayo. con fastidio)
¡CaIlesé!
PEDRO
(aproximándose tímidamente a Pontezuela)
.Es que... moza...
(a una señal de Liborio, Zampayo
se retira por el fondo)
mi lay es de manso.
Por eso usté asoma sobre mi vigüela:
Pa’ pintar estrellas
hay que ser remanso!
PONTEZUELA
¡Prefiero el arroyo que es chúcaro y canta!
Me crié entre corcovos de piedra, en los cerros.
Los vientos dejaron sin flores mi planta,
No entiendo más canto que el de los cencerros
payadores ande la dureza canta.
LIBORIO
(interno)
Pontezuela, sos lo mesmo que higo e’tuna,
de corazón dulce y espinas por juera!
PEDRO
¡La nuembra
y parece enfrenao con luna!
LIBORIO
Yo le jui robando sus aromas, m'hija...
(Don Liborio retoma a trenzar
el eterno lazo de tientos)
PONTEZUELA
... Soy mujer lo mesmo
(llamando a Zampayo)
¡A ver vos, florcita!
Tomá mi tordillo y te tráis los temeros...
(Pontezuela observa el paciente
trabajo del viejo sin hacer caso de Zampayo)
ZAMPAYO
¡Pero dígame, mocita...
¿Aquí no hay mas pión que yo?
Yo pa’ guardar la tijera
Yo mate, o los temeros.
LIBORIO
¡Vaya!
ZAMPAYO
¡Ya voy! ¡Métale pieces!
(aludiendo a la taba)
Yo, desde aquí a los chiqueros
la clavo unas treinta veces.
(Zampayo sale. Pontezuela hace medio mutis a la casa)
PEDRO
(a Pontezuela)
¿Se va?...
LIBORIO
¿P' ande m' hija?
PONTEZUELA
Siempre a l‘uración
Estaqueo en las horquillas
mi "Matrera" retobada con abrojos,
y me asomo como novia a la tranquera,
cuando bajan las memorias
a la aguada de los ojos...
PEDRO
(con emoción)
¡Pontezuela, ansina, prienden los amores!
PONTEZUELA
(sin escuchar a Pedro)
De madrugada me abre el canto con ferrumbre,
de pirinchos los cerrojos desde ajuera...
y así sale al campo abierto, resguardada
por sus pinchos, mi matrera.
PEDRO
(apasionado)
¡Pontezuela, ansina' prienden los amores!
PONTEZUELA
(reponiéndose)
¿Quien nuembra cariño?
¡Que busque resguardo
el clavel del aire...
si prende ande quiera!
(alude a la invalidez de Liborio)
¡Yo tengo el orgullo de la flor del cardo
que defiende cada terrón de la tapera!
(Sale con gesto altivo. Pedro queda
silencioso y desalentado)
Escena Cuarta
(Liborio y Pedro)
LIBORIO
(por Pontezuela)
¡En su retobo de altivez la guardo!
PEDRO
(con ansiedad)
¿Pa’ quién?
LIBORIO
Pa’ un gaucho güeno que trujera
un cariño, un facón y una mancera!
PEDRO
...Pero es tan montaraz...
(Pedro se sienta al lado de Don Liborio y ceba mate)
LIBORIO
Nació torcaza... suavecita y tristona.
Hablaba con temblores de bordona
Y jué yuyo de olor que se arrincona
Y crece allí, porque denguno pasa.
PEDRO
¿Quién la cambió?
LIBORIO
... mi pena... Una ucasión...
quedé envarao lo mesmo que pichón
cáido del nido en una noche helada...
Y aquel yuyito, vino a ser mi horcón.
¡Pontezuela!... ¡El revuelo de la armada
como un chimango, le espantó la risa...
En las rodadas, el abrojo eriza
el cuero crudo de sus delantales...
Y cuando la uración pone cenizas
en las brasas de los cielos, ella
se santigua en la cruz de los baguales
y va a los saltos rejuntando estrellas!
PEDRO
(confidencial)
Aura dígame, viejo: sí algún día...
un gaucho malo, en un caballo de ancas
llegase aquí juyendo
LIBORIO
(adusto)
Aquí hallaría pan, intenciones...
y melenas blancas...
PEDRO
(con temor)
¿Y se juese por su hija que llegase?
LIBORIO
(enérgico)
¿Por Pontezuela?" ¡No!
Yo, con todos los perros le saldría auyando
Pa’ que no desestribase.
(Pausa breve)
PEDRO
(triste)
¿Y a mí, Liborio, me la entregaría?
LIBORIO
(compasivo)
Usté... no es e’ su lay.
(irónico)
¡No se enlazan novillos con canciones!
¿Sabe trenzar?
PEDRO
Un "triste" entre las cuerdas...
LIBORIO ·
¡De ese tiento revientan los bozales!
PEDRO
¡Pero tengo algo de los manantiales en mi guitarra!
LIBORIO
(sentencioso)
¡A las boyadas lerdas,
hay que darles otra agua: la de arroyo!
Hoy ya no queda más que un canto criollo:
¡El del homero!...
¡Rompa las cuerdas: con las cuerdas rotas
de una guitarra, puede hacerse un nido.
PEDRO
(con emoción)
¡Viejo, vine a ganarla!
(mientras canta Don Liborío)
Vine a ganarla... pero es tan montaraz
¡Viejo, vine a ganarla!
LIBORIO
Será suya,
cuando traiga un arao a mi baguala
y abra un surco en a tierra, pa’ que juya
del trigal la luz mala!
PEDRO
(resuelto)
¿y si hago ansina pa’ ganarme a ella?
LIBORIO
¡Trato de gaucho viejo: será suya!
Escena Quinta
(Liberato a caballo, aparece por la tranquera)
LIBERATO
(Dentro)
Güenas...
LIBORIO
¡Apiáte! ¿Andás de cola atada?
LIBERATO
(entrando)
¡Vengo de chasque!
LIBORIO
¿Qué hay?
LIBERATO
(apeándose)
Hoy el gauchaje pide una cuarta...
LIBORIO
¿A quién?
LIBERATO
... A su peonada
Van a seguir el consejo del hornero:
¡Hoy en fija boliamos al "Matrero"!
PEDRO
(sarcástico)
¡Deben llevarlo en l'anca! ¡Es como el miedo!
LIBERATO
¡El vino pa, este rumbo!
Lo vieron ái cerquita e’la barranca...
No hay más rimedio que meniarle chumbo.
LIBORIO
... Es justo...
(Llamando por derecha)
¡Muchachos!
Escena Sexta
(Margarita, Zoilo y peones entran por la derecha)
ZOILO
(Desde lejos)
¡Óido!
(pausa)
LIBORIO
¡Escuchen!... Si el Matrero
viniese aquí a boca de tormenta,
buscando madre, bajo de este alero
Yo, contra todos los horneros
que lo persiguen, le salvaba el cuero
¡Pero se arrastra! No llegó, anda ajuera
Hay que salir, campiar la madriguera,
y hasta prenderlo.
LOS PEONES
¡No hay más rimedio que meniarle chumbo!
ZOILO
(desde la tranquera a Don Liborio)
¿Traigo la tropilla?
LIBORIO
¡Sí! ¡Que vayan todos!
ZOILO
¿Y si llegara a resistirse, Don Liborio?
LIBORIO
Tendrán que dijuntearlo, entonces.
(a los peones)
Están mis zainos ái, en la manguera
¡Ensillenlós!
(mutis de los peones y chasque por izquierda)
Escena Séptima
(Liborio y Pedro)
LIBORIO
(al ver que su huésped permanece ajeno
a la expedición proyectada)
¿Y usté no echa una mano?
PEDRO
(con firmeza resignada)
Yo no... porque aura·voy a hacer mi horquilla,
con la garganta de esta nazarena;
¡V’ia clavar en mitá de los maizales
de espigas amarillas
mi vigüela encintada,
para espantar con ella los zorzales
que bajen a robarme la semilla!
LIBORIO
(contento)
¡Verás, m'hijo que bien canta callada!
(cae la tarde)
PEDRO
(con honda emoción)
¡Háblele viejo!...
¡Tiemble en su voz mi última payada!
LIBORIO
(con orgullo)
Le v'ia decir que uñiste a mi consejo!...
PEDRO
¡Que truje todo y no me llevo nada!
LIBORIO
Le v'iá decir que de mi ombú caído,
brotan los dos: la chúcara y el pueta...
(Liborio acompaña a Pedro paternalmente hasta la
tranquera y luego se separan en silencio. Mutis de
Pedro por izquierda. Liborio por derecha, lentamente)
TERCER ACTO
(Patio exterior de la casa. Vista al campo abierto.
Es la hora del rodeo. Se oyen cantos de paisanos que
regresan al caer la tarde. Pasan las tropillas azuzadas
por el silbido de los reseros. Trae el viento el eco de
una danza popular que puntean las guitarras bajo el
alero de un rancho vecino)
Preludio
EL ARRIERO
voz interna) (en guaraní)
Y canguj cherecobé
e sauj mangté cheresapé.
CORO
(interno)
Che rendúj che manduape cocuara joi que yavé.
EL ARRIERO
(voz interna)
Y canguj cherecobé
e sauj monté cheresapé.
CORO
(interno)
Che rendúi che manduape cocuara joi que yavé.
Escena Primera
(Liborio y luego Pontezuela)
LIBORIO
(entra por el foro con aire preocupado, llamando)
M'hija… M'hija gaucha atiéndame...
(aparece Pontezuela) (pausa)
Yo la quiero acollarar...
Pedro, es un zorzal aquerenciao...
Vos te le cruzaste en su cantar
Lo mesmo que tramojo en alambrao.
PONTEZUELA
(con energía)
¡No, padre!... Usté mesmo me ha enseñao
a dir refugando al payador.
LIBORIO
(tranquilo)
Hoy me gusta, sabés... porque apuntala
otro rancho sin tordos en la quincha
¡Ansina lo querrás!... ¡Ya no relincha;
lleno e' barro, pa’ vos, vendrá de gala!...
PONTEZUELA
(rebelándose)
¡No!... ¡Que no güelva!… ¡Mi rodaja pincha!
...¡Yo no soy hembra!... Cuando en l'agua, helada
alguna vez, de moza, hallé un espejo
me lo quebró, al correr, la novillada
LIBORIO
(sorprendido)
¿Te venís sobre el lazo?
PONTEZUELA
(vibrante)
¡De acosada!... Hasta aura me callé...
¡Y hoy grito, viejo!
Hasta aura, nada mío defendí:
¡Todo lo jui entregando a su consejo!...
Me queda el corazón
¡y no lo dejo embozalar ansi!
LIBORIO
(imperioso)
¡Lo mando yo, mujer!
PONTEZUELA
(con exaltación incontenible)
¡Yo no soy hembra!
...¡Yo he curtido el alma!... Yo, horquetada.,
arrastre a la cidera mis romeros.
¡Yo fumo con mi aliento en la alborada!
Me alisaron el pecho los pamperos,
al martillarme en cada atropellada!
Me borró la garúa., y los rigores,
al verme leña e' ley, dijeron "¡Macho!"
¡Tengo el derecho de elegir amores!
Escena Segunda
(Entra Pedro por el foro a la
izquierda y se queda mirando a
Liborio, como interrogándolo. Pausa)
LIBORIO
(a Pedro, con gran desaliento)
¡Degüélvame mi palabra!...
(señala su pecho)
¡La·quiero pa’ enllenar un güeco aquí!
(para sí)
¡El güey no sabrá nunca pa’ quien labra!
(agobiado inicia el mutis, a Pedro)
Estribe
(para sí)
Si pudiera alzarme a mí!...
(mutis por el rancho)
Escena Tercera
(Oscurece)
PEDRO
¿Pontezuela, estribo?
PONTEZUELA
(con gesto cortante)
¡Sí!
PEDRO
(con dulzura)
Yo truje un "sabiá", le abrí la garganta,
y ya no canta...
Mi cordaje lo partí
pa’ alambrar un trebolar
y clavar un rancho allí...
¡Un pobre rancho, ande juera
cantando siempre el pampero
un estilo en cada hilo
de paja de la cumbrera!
¡Y yo, cerca del testuz
labrando el verso del güey,
a dos yuntas,
pa’ que juntas,
cuando precisase luz
sobre su pena secreta,
los brazos de mi cuarteta
se abriesen como una cruz!
PONTEZUELA
(fríamente, indiferente)
¡Su canto no lo escuché,
porque huraña,
pa’ no quedarme de a pié
entre esas telas de araña,
la rodaja e’ mis pestañas
bajo el compuesto cerré!
PEDRO
¡Pontezuela, ya lo sé!...
Via montar y el rumbo es largo!
(El fragmento que sigue fue agregado por el autor
entre 1948 y 1958)
¡Quise tomar otro amargo
en este patio ande hablé,
bajo este alero sin sombra
y en la tranquera cerrada,
como una boca apretada
que ni siquiera me nombra!....
(fin del fragmento agregado)
PONTEZUELA
(dura)
¡Muente sin asco!
¡Aquí nada lo va agarrar del fiador!...
PEDRO
¡Me voy sí!...
ya sin dolor,
porque me dentra vergüenza
de haberme mostrao en flor!
(El fragmento que sigue fue agregado por el autor
entre 1948 y 1958)
(brutal)
¡Si te conservase amor
y el juir fuera mi defensa...
Hoy, pa’ galopiar mejor,
con la crucera e’ tu trenza
alargaba mi arriador!
PONTEZUELA
¡Bruto! ¿Por cerdiarme crees...
que me vas a arrocinar?
¡Soy crucera, cada vez
que me arrastro a bellaquiar!
¡Naides me vido después...
Pontezuela, media luna...
algo e’ madre que se acuna
colgado de mi altivez!
PEDRO
¡Mentira!
(fin del fragmento agregado)
¡En vos no ay denguna
cosa, que no tenga abrojos!...
PONTEZUELA
(evocadora)
Naides me vido los ojos,
cuando mis pupilas cruza,
chistada por la lechuza
la sombra que me desvela!
PEDRO
(apremiante)
¿Cuál es? ¡Hablá, Pontezuela!
PONTEZUELA
(tranquila)
¿Pa’ qué nombrarla?... ¡Pa’ qué!
(animándose)
Esa sombra es la que jue
ñublando siempre tu estilo
¡Es la que ha cortao a filo
el odio con que te hablé!
(El fragmento que sigue fue agregado por el autor
entre 1948 y 1958)
¡Es el cardo que regué
solita mi alma!... Bien se
cuanta herida abrirá...
pues siempre me pinchará
y nunca me vendaré...
Sí llaga viva se hará
y mientras aguante y siembre...
denguno lo arrancara,
(Fin del fragmento añadido)
¿Pa' qué pedís que la nuembre?
¡Pobre cantor! ¡Estribá!
PEDRO
(con mayor vehemencia)
¿Cuál es? ¡Hablá, Pontezuela!
PONTEZUELA
¡El Matrero!... Sus razones
son el puñal y la suerte,
se envaina en las cerrazones,
y le ladra en los garrones
el cachorro de la muerte...
Pero pa’ mi, pa’ esta china,
Pa’ esta mujer, el Matrero...
¡Lucha más que un chacarero!
¡Canta mas que un payador!
¡Es tierra ande entra el acero
del puñal... y ese dolor
juyendo del pago entero,
cayo en mi pecho, y dio flor!
PEDRO
¡Ah!... ¡Si lo hubiera sabido!...
Hago rayar a mi overo
y te atravieso en las ancas
pa’ que tus dos manos blancas
me juesen vendando el cuero!
Escena Cuarta
(Entra Liborio por donde se fue. A poco los peones)
LIBORlO
(que ha entrado y escuchó los cuatro
versos anteriores, a Pedro)
¡Ansina no! ¡Si llega aquí el Matrero...
Yo, que no puedo con mis manos mancas,
le desjarreto a diente el mancarrón!
(a Pedro)
Ya lo sabe, esta china es orejana.
No es m’hija!
(a Pontezuela)
¡Aura verás!
(a los peones que están dentro)
¡Oigan! ¡Mañana
(con acento terrible)
traigan, pá’ que la vea Pontezuela,
la osamenta del Matrero!...
PONTEZUELA
¡Tata! ¡Lo hace matar!...
LIBORIO
(duro)
Pa’ que le rece!
(a los peones gritando)
¡Arrástrenlo... pa’ que la sangre engorde
el pedazo de campo ande atraviese!
PONTEZUELA
(desafiante)
¡Ansina van a ver cómo florece!
LIBORIO
(a los peones)
¡Armensé!
(a Pontezuela)
¡Ya verás! ¡Tu corazón
va a ser la sepultura del chimango!
(a Pedro)
¡Usté también!
PONTEZUELA
(hacia el fondo, a los peones)
¡No tengan compasión!
¡Vayan todos... y entierren hasta el mango
sus dagas maulas... pa’ que así el Lucero
suba rojo de sangre en mi oración!
¡Cuánto más lo acorralen, más lo quiero!
(mutis de los peones)
Escena Quinta
(Liborio, Pedro, Pontezuela. Pedro durante la
escena anterior ha olvidado el peligro para
observar apasionadamente la actitud de la moza)
PONTEZUELA
(a Pedro, con odio y desprecio)
¡Vaya!
LIBORIO
(desde el fondo, a la peonada)
¡A caballo! ¡Priendan fuego en el estero!...
PONTEZUELA
¡Maulas!
PEDRO
(a Pontezuela: resuelto)
Oíme: Si no muero,
veras que soy el más juerte
¡Te voy a tráir tu Matrero!
(Hace mutis por izquierda)
LIBORIO
(a los peones que a caballo y armados desfilan
por el foro con dirección al pajonal)
¡Muchachos: dentren a pecho, sangre y muerte!
(se vuelve amenazante a Pontezuela, y luego sale)
Escena Sexta
(Pontezuela sola. Rumor de lucha. Se incendia
el pajonal y se oyen tiros a la distancia)
PONTEZUELA
(cae de rodillas)
¡Tata Dios!... ¡Yo no se hablarte!
¡Pero vos óis los suspiros...
cuando entre el fuego y los tiros,
se chamuscan p’alcanzarte!
¡El vivió cerca de vos,
porque nunca tuvo nido!
¡Fue siempre un cachorro jiudo!
¡Fué siempre como un adiós!...
¡Por eso sólo te pido...
que lo salvés, Tata Dios!
Escena Séptima
(Pedro viene herido, medio ciego, vacilante.
Deja caer su cuchillo en escena)
PEDRO
¡China!... ¡Te busco... te espero!....
PONTEZUELA
(sorprendida)
¡Pedro!
PEDRO
¡Tu frente es mi pago!...
¡Yo... soy tu novio... El Lucero...
miráme... mientras me apago!...
PONTEZUELA
(corre hacia Pedro que, herido, cae y ella,
de rodillas, sostiene su cabeza. Comprendiendo)
¡Novio... hasta en mi, juiste vago!...
¡Tomá mis manos: te quiero!
PEDRO
¡Hablá!... ¡Pensé ser hornero!...
¡Por vos, hasta el pobre overo...
iba a prenderlo al arao!
(agoniza)
PONTEZUELA
¡Ya estás aquí, mi Matrero!...
PEDRO
¡Vos... me quisiste carancho,
y me llamó el entrevero...
y vengo a cáir en tu rancho,
¡En mi lay! Solo... Baliao!
(muere Pedro)
PONTEZUELA
¡Tomá mis manos! ¡¡Te quiero!
Escena Octava
(Liborio, Liberato y Zoilo con los peones
entran en tropel)
LIBERATO
(recogiendo el cuchillo del Matrero)
¡Este es su facón!... ¡Ta’ allí!
PONTEZUELA
(deteniéndolos)
¡Silencio!
ZOILO
(llamando)
¡Viejo!
LIBORIO
(Saliendo, a los peones)
¿Y el Lucero?...
PONTEZUELA
¡Se·vino a ñublar aquí!
LIBORIO
(con asombro)
¡El cantor!...
PONTEZUELA
¡Está callao!
(Pausa. Todos se descubren)
¡Yo lo esperé siempre ansi!
Malherido, desangrao,
Y en la noche, su encordao
canta en silencio pa’ mí!.
(solloza en los brazos del viejo)
|
PRIMER ACTO
(Atardecer en el
interior de la vivienda rural de don
Liborio. Los gauchos se divierten con bailes, cantos
y jugando a la taba. En un ángulo, un viejo ensaya
posturas de un malambo que tocan los guitarristas. Se
juega en la enramada del fondo, y pasa de cuando en
cuando el mate tradicional cebado por Zampayo. Al
abrirse el telón reina gran animación)
Escena Primera
(Liborio, Zampayo, Pirincho, León, Jacinta,
Liberato, paisanos invitados, bailarines y
guitarristas. En el fondo: Braulio, Rudecindo
y otros paisanos. En el centro de la escena dos
paisanos zapatean el malambo)
LIBERATO
(A un costado de la escena, en primer término,
relatando en voz baja con varios paisanos)
... Dicen que su caballo overo...
manotea a los gauchos, mientras el Matrero...
(Jacinta, Zampayo, Pirincho y otros convidados,
escuchan con gran atención a Liberato)
... asesina con un facón largo y sin cruz,
¡para que así no descanse el muerto!
JACINTA
(persignándose)
¡Ave María!
(Don Liborio, en el ángulo opuesto,
platica con otros invitados)
ZAMPAYO
(a Pirincho)
¿Oíste?
LIBERATO
(prosiguiendo)
Es un tigre...
¡Ataca por sorpresa
y se vuelve al monte llevando una presa!...
LIBORIO
(desde el costado opuesto interrumpe con fastidio)
¡Es una sabandija!
(El viejo del malambo suspende el zapateo)
¡A su nombre a todos les entra como un escalofrío!
ZAMPAYO
(dándole un mate)
¡A mí no!... Apenas siento al oírlo,
una rendija aquí en el espinazo...
¡que me apaga hasta el cigarrillo!
PAISANOS
¡Ja, Ja, Ja, Ja!
LIBORIO
(alegremente, a los invitados)
¡Muevan sus piernas!
ZAMPAYO
(tomando el mate que le entrega don Liborio)
¡Sí; que siga el baile!
JACINTA
(a Zampayo)
¿Eh?
¡Animal!
LIBORIO
(alegre)
Mi rancho es una refugio de la tradición.
Su alegría, la nuestra, con jugo de gramilla
está aprisionada en las mudanzas del "Pericón"
(prosigue el Malambo y se reanuda el baile)
BRAULIO
(Jugando a la taba en el fondo)
¡Va el hueso!
ZAMPAYO
(a Braulio)
¡Tome!
(a Liberato y aludiendo al mate)
¡Chupe este mate lavado!
(le entrega el mate)
¡Me voy a jugar todo mi dinero!,,,
(corre hacia el fondo)
RUDECINDO
(al de la taba)
¡Tire!
BRAULIO
(fuera)
¡Va el hueso!
PIRINCHO
¡Jacinta; déme pastelillos de dulce!
JACINTA
(pasando de largo con su bandeja)
¡Cállate atorado!
PIRINCHO
¡Tengo hambre!
LIBERATO
(buscando a Zampayo)
¿Y el contratado para cebar mate?
ZAMPAYO
(entra corriendo)
¡Deténganse!
(indica con grandes aspavientos que llega gente.
Todos van hacia el fondo. Cesa el malambo)
LIBERATO
¿Qué hay?
PIRINCHO
(desde el fondo)
¡Zas!... ¡Qué bicho!
(Todos se agrupan llenos de curiosidad hacia donde
indica Zampayo. Entran varios paisanos, entre ellos,
Panchita y Aguará del brazo. Todos los rodean)
ZAMPAYO
¡No empujen!
Que entra... ¡el mirasol!
AGUARA
(sofocado, ahogándose)
¡Aire! ¡Aire!
ZAMPAYO
(a las carcajadas)
¡Ja, Ja, Ja, Ja!
JACINTA
(abrazando y saludándola a Panchita)
¡Panchita!
ZAMPAYO
¡Ríete, Pirincho!
(Pirincho ríe)
PIRINCHO
(aludiendo a los polvos y afeites de Panchita)
¡Qué cara para estornudarla!
ZAMPAYO
(a León)
¡Es un pichón de carpincho!
¡León ayúdame a mirarla!...
PANCHITA
(furiosa, a Pirincho que sigue riendo)
¿Quieres cortar el relincho?
(a Zampayo)
¡Ríete, pollo con viruela!
ZAMPAYO
(alude a su única espuela)
¿Pollo? Soy gallo, ¿no me ves la espuela?
(exhibe su espuela)
PAISANOS
¡Ja, ja, ja, ja!
PANCHITA
(encarándose con Zampayo)
Eres como una cicatriz,
un panal, una barranca.
¡Cuando caminan sobre tu nariz
hasta la mosca, se manca!
(Sigue un fragmento agregado
por el autor entre 1948 y 1958)
ZAMPAYO
(a León)
¡Apártate que la atropello!
LIBERATO
¡Che!...
¡Que es difícil de domar!
LEÓN
¡Lléveme algo en ese mechón!
ZAMPAYO
¡No puedo! ¿No ves que está como una vaca de gorda?
PANCHITA
(con un grito)
¡Vaca!
(furiosa)
¡Cobarde: toma una estaca,
ve a tu tapera
y aclara con tu concubina
(con sorna)
el tema de tus hijos!
(a Zampayo, hiriente)
¡No tienes dos de la misma estirpe
(a todos)
¡Hay de ojos negros y grises
y es mulato el más pequeño!
¿Serán tuyos?
PIRINCHO
(como si llamara al gato)
¡Créelo! ¡Créelo!
LIBORIO
(alegre)
¿Y allí no habrá alguno que sobre?
LEÓN
(a Zampayo)
¡Conteste!
LIBERATO
¡Conteste!
ZAMPAYO
Pero, ¿quién le vio a un pobre...
tropilla del mismo pelo?
PAISANOS
¡Ja, ja, ja, ja!
(fin del fragmento agregado )
LIBORIO
(interviniendo para cortar la disputa)
¡Se acabó!
PANCHITA
(amable, a Liborio)
¡Pero qué es esto, Liborio!...
¿Dar un baile a la hora de la siesta?
LIBORIO
(con sorna)
¿Y no sabes que cuando se pone el sol
no salen ni a respirar
porque al asomarse a la puerta
una sombra los agarra del pescuezo?
¡Ja, ja, ja, ja!
LIBERATO
¡Tómelo a broma!
LIBORIO
(alegre, a los guitarristas)
¡Toquen una "media caña"!
ZAMPAYO
(invitándola)
¡La "Media Caña", Panchita!
LIBORIO
Si pone empeño
¡atrapa el rabón al coludo!
(se forman las parejas)
ZAMPAYO
Pero ¿quién pesca una borrachera
nomás que con media caña?
(los paisanos bailan y cantan)
PAISANOS
(mientras se baila la "Media Caña")
¡La, la, la, la!
¡A la media caña,
yo tengo un porrón
para echar las lechuzas
de mi corazón!
¡Muchacha serrana
yo no reconozco
más que una luz mala:
la de tus ojos!
¡La, la, la, la!
¡Guitarras que tocan
un "Gato" a compás,
cállense la boca
mírense nomás!
¡La, la, la, la!
(gritos internos interrumpen el baile)
Escena Segunda
(Los mismos. Pontezuela, Zoilo, Margarito y
varios peones. El baile se interrumpe. Se oyen
gritos y ladridos cercanos)
PONTEZUELA
(entra seguida de los peones por la puerta del foro.
Trae en su diestra un nido de hornero)
¡Cobardes! ¡Cae la tarde y ante un ruido
cualquiera huyen asustados!
LIBORIO
(cariñoso)
¡Acérquese mi hija!
(al verla vestida con ropas de trabajo)
¿No viene vestida para la fiesta?
PONTEZUELA
(despreciativa a los que la acompañan)
¡Cobardes!
ZOILO
(agitado)
¡Repréndala viejo!...
No bien encerramos al ganado
oímos un gran ruido cerca de la tranquera.
¡Avanzaron furiosos todos los perros!
ZAMPAYO
¡No me digas!
ZOILO
¡Está valiente, salió para afuera!
¡Espere moza, le grito!... ¡No me espera!
Espolea al caballo barcino
y se mete en la oscuridad...
¡Corremos!
LIBORIO
(severamente)
¡Mi hijita!
ZOILO
La hallamos parada
mirando para el monte,
mientras los perros gruñían...
LIBORIO
¡Eres valiente hija mía!
¿Por qué hiciste eso?
PONTEZUELA
(enigmática)
...Yo no sé... por nada...
ZAMPAYO
¿Y si era el "Matrero"?
(El nombre del bandido provoca
una sensación de intranquilidad general)
PONTEZUELA
¡Les entra miedo al primer amago!
(Al padre)
¡Sabe que era el ruido? ¡Un nido de hornero caído!
(lo muestra y después lo deja en el suelo)
LIBERATO
¡Mal presagio!...
PONTEZUELA
¡Para gente asustada!
LIBERATO
(a Zampayo, en voz baja refiriéndose al Matrero)
¡Entra a lo salvaje!
¡Parece que trae de tiro el desierto!
PONTEZUELA
¡Tal vez no es valiente!...
Es sólo un gaucho... Lo infiero... así
No trae el desierto... Lo arrea de frente
(con fervor creciente)
y huye esperando la mano de la mujer que salga,
agarre las riendas de su caballo y lo sujete.
LIBERATO
(a Pontezuela)
¡Estás loca, es un tigre!
LIBORIO
(a Liberato)
¡Déjala! ¿No es cierto que estás de broma, hijita?
LIBERATO
... Ya está oscuro.
LIBORIO
(a todos)
¡Toquen un malambo! ¡Prendan esas luces!
¡A bailar!
AGUARÁ
(a Liberato)
¿Vamos?
LIBERATO
(yendo hacia la puerta)
¡Vamos!
PIRINCHO
Oiga, don Liborio:
¿y si se nos cruza en el camino?
LIBORIO
(entre asombrado y despectivo)
¿Y estos son mis paisanos?
PONTEZUELA
¡Deje, padre!
(Alguno cierra la puerta y pone la tranca;
otro enciende la lámpara que pende del techo)
LIBERATO
¡Es tarde!
LIBORIO
(fastidiado)
No es cierto, amigo;
es que nombró al Matrero
¡y todo el mundo se acobardó!
LIBERATO
¡Somos gente de paz!
LIBORIO
(autoritario)
¡Acérquense!
(todos rodean a don Liborio que toma el nido)
Un hornero, bicho trabajador,
se halló un buen día con un tordo,
ese pájaro astuto y artero
que es haragán hasta para tener cría.
(risas contenidas)
El tordo aquel, lo mismo que el bandido,
peleaba más que el pájaro trabajador
y a punta de pico atropelló al hornero,
¡lo echó del poste y se apropió del nido!
(exclamaciones)
¡Aprendan ahora la lección que sigue!
¡El hornero, desterrado y herido,
tocó el clarín de alerta;
esa llamada sonó en el aire, silbó en los esteros,
lo murmuró el arroyo a la pasada,
de cada árbol, de cada poste, de cada enramada
surgió un hornero y se hicieron mil horneros!
Todos gritan, abriendo el abanico
de cada ala para darse coraje...
y para el nidal robado alzan el viaje
con un trozo de barro en cada pico.
Llegan y uno por uno, todos los horneros,
con esa tierra que los hizo fuertes
le cerraron al nido la salida
y quedó el tordo encerrado vivo por nuestro barro,
¡condenado a muerte!
PONTEZUELA
(indignada, protesta)
¡Eso no es gaucho!
LIBORIO
(con mayor vehemencia)
¡Aprendan del hornero!
¡Que todo el pueblo
se una así,
y enterrará en los surcos al Matrero!
ZOILO
(escuchando junto a la puerta)
¡Cállense!...
(suena dentro la coscoja de un caballo)
ZAMPAYO
¡Una coscoja!
(alarma general, luego silencio)
JACINTA
¡Andan allí!...
(quedan todos en temerosa expectativa)
Escena Tercera
(Pedro, desde el exterior, rasga una guitarra)
PEDRO
(fuera de escena)
¡Pontezuela;
mi guitarra sabe que viene a llorar,
pero precisa tu espuela,
Pontezuela,
para rasguear!
Sabe que van a enronquecer
las cuerdas de mi guitarra al mirarte;
que todo en ti desconsuela;
que no la vas a escuchar
y tiene miedo de hallarte;
pero te viene a buscar, Pontezuela,
mi guitarra...
¡con su lento bordonear!
(se oyen tres golpes. Pontezuela escucha
con evidente interés, acercándose a la puerta)
ZAMPAYO
¡Cuidado!
LIBORIO
(decidido)
¿Quién es?
PEDRO
(fuera de escena)
¡Un cantor!...
PONTEZUELA
(como desilusionada. Despectiva)
¡No le abra!
PEDRO
(fuera de escena)
¡No hallé al cruzar más que este rancho con luz!
Mi caballo está muy cansado.
¡Tan sólo busco manea, agua y lugar donde dormir!
LIBORIO
(Yendo resuelto hacia la puerta)
¡Abro! ¡No importa quien sea!
Aquí hay techo y mate. ¡Entre!
(Abre. Los hombres se hacen a los costados, las
mujeres atrás, aquellos echan mano a las armas)
Escena Cuarta
(Entra Pedro)
PEDRO
(entrando. Lleva una guitarra a la espalda)
¡Gracias!
LIBORIO
¡Dios lo guarde!
PEDRO
(a Pontezuela)
Moza:
Soy payador y he llegado a este rancho
guiado por mi caballo
por la fama de sus ojos.
¡Se esconde entre los rastrojos de mi chircal
esa luciérnaga que sabe incendiar
los rojos penachos del pájaro cardenal!
¡Yo levanto mi tapial
de noche como la araña!
¡Si el estilo me acompaña,
es para que no ande tan triste!
Me dicen que usted es huraña
y yo observo un dolor;
soy... como el trébol de olor...
que perfuma a quien lo daña.
(Zoilo sale furtivamente como a vigilar)
LIBORIO
(a Pedro)
¡Vea! Está sólo de paso...
PONTEZUELA
(a Pedro)
La .guitarra es su querencia.
El que sabe tocar "la güeya",
no tiene ausencia.
Un "triste",suele juntar dos manos,
que al suplicar,
se asemejan al techado de un rancho.
Con "medias cañas" cantor,
usted la puede construir...
¡Si hace rancho en el cantar!
¿Qué más quiere el payador?
LIBORIO
(a Pedro)
¡Hay que saber usar el arado de mano
y a mi gaucha de pollera,
cantarle nomás que allí,
sobre el surco!...
PEDRO
¡En la tranquera,
soy flor!...
PONTEZUELA
¡Y yo avispa camoatí!
Escena Quinta
ZOILO
(entrando agitadísimo. Enérgico)
¡Dos, a esa puerta!
LIBORIO
¿Qué pasa?
(grito de mujeres)
ZOILO
(indicando a Pedro)
¡Es el bandido!...
Salí y...
¡Vi su caballo maneado!
(todos se agolpan, echando mano al facón)
PEDRO
¿Y Ahora?
¿Todos se ponen contra mí?
ZOILO
¡En contra tuya, todos!
PONTEZUELA
¿Lo van a matar así?
(de un salto se coloca junto a Pedro)
LIBORIO
(a los peones, uniéndose a Pedro y a su hija)
¡Cuidado!
(a Pedro)
Póngase aquí, a mi lado.
¡Yo lo defiendo! ¡Suelta su caballo, Margarito!
(Margarito obedece rápido. A todos, imperioso)
¡Envainad las armas!
(los peones obedecen)
¿Cómo va a venir el Matrero,
justamente, a mi rancho...
para que al ver su caballo
todos sepan que es un carancho
y lo maten en montón?
BRAULIO
¡Está armado!...
(Liborio lo mira, Pedro saca su daga y se la entrega)
PEDRO
(entregando su facón)
¡Tenga patrón!
(asombro general)
PONTEZUELA
(decepcionada)
¡Ya ven! ..¡Es un desgraciado!
(Se separa de Pedro con gesto de
compasión y de disgusto)
(transición)
LIBORIO
Bueno...
¡Váyanse!... ¡Ya es noche!
(todos salen lentamente, don Liborio
acompaña a los invitados)
AGUARÁ
Vamos... Vamos.
BRAULIO
Vamos...
PANCHITA
(a Aguará)
Tú, no cinches, no sea que en el viaje...
¡salga ese hombre y nos ataque!
(salen)
RUDECINDO
(fuera de escena)
¡León!
LEÓN
(fuera de escena)
¡Que!...
RUDECINDO
(fuera de escena)
¡Monta con cuidado!
PANCHITA
(lejos)
¡Adiós!
(Voces cada vez más lejanas)
LEÓN
(fuera de escena)
¡Viejo caballo alunado! … ¿Llevas revólver?...
RUDECINDO
(lejos)
¡No! ¡Facón!
(más lejos cada vez. Zampayo y Pirincho
salen los últimos, con cómica precaución)
ZAMPAYO
(a Piríncho)
¡Tú eres el hornero y yo el tordo...
Tú trabajas, y yo te cuido...
¡Tú estás flaco y yo estoy gordo!...
¡Ven a servirme de estribo!
(salen)
Escena Sexta
(Liborio, Pedro, Pontezuela y luego Zoilo. Liborio
que acompañó a los invitados hasta el foro, vuelve
a la escena)
LIBORIO
(a Pedro, devolviéndole el facón)
Ahora escuche: lo he salvado;
pues el bandido o trovador
que lleno de sangre o amor
llama a mi rancho, es sagrado.
(Llamando)
¡Zoilo!
ZOILO
¡Mande!
(entra)
LIBORIO
(a Zoilo)
¡Dale mi cama!
(Pedro recoge la guitarra y comienza a salir por
derecha, desde la puerta se vuelve y mira con ternura a
Pontezuela, que continúa despectiva. Sale. Se acentúa
la desconfianza de Liborio. Teme que su huésped sea el
Matrero. Supone que si el caballo, una vez libre, se ha
dirigido a su querencia, si fue hacia el monte, entonces
Pedro es el bandido. Cuando Zoilo pasa Liborio lo
detiene)
LIBORIO
(a Zoilo, al oído)
¿En qué dirección se fue el caballo?
ZOILO
(Advierte el alcance de la pregunta
y fastidiado responde)
Trotó derecho al bebedero.
(El caballo defraudó la esperanza de Liborio. La duda
subsiste. Se oye el chistido de una lechuza)
ZOILO
¡Cruz diablo!
(Zoilo se persigna y sale)
LIBORIO
(a Pontezuela)
Vete a dormir.
(Mutis de Pontezuela por izquierda. Liborio teme
a su huésped, por eso se propone velar el sueño de
Pontezuela. Toma una manta, un trabuco y una silla.
Pasará la noche de guardia entre su hija y el presunto
Matrero. Se sienta mirando para la puerta por donde
salió Pedro y empieza a cargar, lentamente, el arma)
SEGUNDO ACTO
(Patio interior de la casa. Liborio dormita sentado
bajo la enramada. Zampayo juega solo a la taba.
Pedro trata de arreglar una enredadera que trepa
por la ventana de Pontezuela. Es la hora de la siesta.
En la cocina guitarrean y cantan los peones)
Escena Primera
(Liborio, Zampayo y Pedro que atraviesa el patio)
LlBORIO
(Despertando mira hacia izquierda y,
aludiendo a Pedro, ordena a Zampayo)
¡Vigílalo!
ZAMPAYO
(espía a Pedro y vuelve)
Fue hacia el galpón.
(pausa)
¿Tiene usted sueño?
LlBORIO
¡No he dormido!
Estuve como perro en vela
hasta que amaneció,
frente al cuarto de Pontezuela
(guitarrean los peones en el fogón)
LOS PEONES
(coro interno)
¡La, la, la, la, la!
El "Gato correntino", mi vida,
es muy bonito
y más cuando se lo baila - mi vida,
¡zapateadito!
(pausa)
LIBORIO
(a Zampayo)
¡Vaya!
(Zampayo torna de mala gana a espiar a Pedro)
ZAMPAYO
¡Ahí vuelve!
(vuelve Pedro)
PEDRO
(a Zampayo)
Dígame, ¿No vio la tijera de esquilar?
ZAMPAYO
(fastidiado)
¡Yo la dejé allí, en el suelo!
(señala hacia fuera, a la izquierda. Mutis
de Pedro a buscar la tijera)
LIBORIO
¡Negligente!
ZAMPAYO
Pero si usted me hizo andar todo el día
como un animal de carga.
¿A qué horas la iba a guardar?
Si Pedro intenta salir,
ahí va Zampayo tras él.
Si el cantor quiere cantar,
yo lo tengo que acompañar.
¡Estoy igual que si fuera una guitarra!
LIBORIO
(a Zampayo, al oír los pasos de Pedro
que regresa por la izquierda)
¡Cállate!
(señalando a Pedro)
¿Va a esquilar?
ZAMPAYO
¡Seguro!¡Va a recortarle la cola!
(Zampayo sospecha que Pedro va a cortar la cola
y las crines de su caballo para que no lo reconozcan)
LOS PEONES
(coro interno)
¡La, la, la, la, la!
A Corrientes me iría - mi vida
de buena gana,
a tomar mate amargo - mi vida
con mis paisanas
(pausa)
PEDRO
(arreglando la enredadera de
la ventana de Pontezuela)
¡Vean que llamar "Lucero"
a un tipo como el Matrero...
es mucha luz para un desconocido!
LIBORIO
Relampaguea en el horizonte y un cuatrero
debe andar siempre oculto a las vistas.
¡Desde su nombre hasta su montura
deben confundirse en las sombras!
ZAMPAYO
Debe ser algo que no se nombra
sin santiguarse primero.
LIBORIO
¡Una mezcla
de jaguar y lechuza
es su mejor descripción!
PEDRO
(con intención)
Dicen que desde hace un año entero
va dejando caranchos
sobre los techos de las casas
para que se espante el coraje.
¡Y que entre todos los paisanos
no haya nadie que haya visto al Matrero!...
LIBORIO
(por Zampayo)
¿El qué?
(señala a Zampayo)
¡Éste lo ha visto!
ZAMPAYO
(asintiendo, dándose importancia)
Hace más de un mes.
PEDRO
¿Y cómo es?
ZAMPAYO
(perplejo)
...Yo no lo vi nítidamente.
Caía la noche.
Lucero, salió como de ese estero...
(señala la izquierda)
¡con rumbo a aquellas barrancas!
Iba en su caballo overo,
grande como un buey,
y junto al caballo despintado,
en la cabeza y las ancas,
me pareció, que con seguridad,
iba el Matrero montado
¡sobre cuatro manchas blancas!
(Liborio se persigna)
PEDRO
¡Bueno! ¿Y cuál era su aspecto?
(Zampayo hace gesto de ignorarlo)
LIBORIO
(interviniendo con intención, y mirando
al huésped, traza el retrato de Pedro)
Dicen que es un mozo aindiado,
lampiño, de ojos tranquilos,
¡tan flaco como un hilo!
ZAMPAYO
(exagerado)
¡Así es! Yo en medio del susto aquél
hasta filos le vi al hombre.
PEDRO
(triste)
Amigo: al que no se humilla
lo va armando el sufrimiento,
como al "tala", árbol de orilla,
le afina las espinas el viento.
Escena Segunda
(Zoilo entra por la izquierda y cruza con una
montura hasta prácticamente la derecha)
ZAMPAYO
(a Zoilo)
¡Zoilo! ¿Cómo es Lucero?
ZOILO
(se vuelve)
Rubio.
PEDRO
(burlón, a Liborio)
¿No oyó?... ¡De pronto es un trigal!
(señala a Zampayo)
Y este cuenta que su caballo es un esqueleto.
LIBORIO
(áspero)
Es que siempre los relatos
son según el que los comenta.
PEDRO
(burlón y despectivo)
¡Para mí que lo han inventado acá!
ZOILO
(Bravío)
¿Cómo?
PEDRO
(irónico)
¡De un susto!
ZAMPAYO
¡Hágase cargo de lo que dice!
ZOILO
(desafiante, a Pedro)
¡Forastero!
¿Y quién le da confianza a usted?
ZAMPAYO
¡Se la ha tomado solo!
ZOILO
¡Sepa... que por ningún desgraciado...
ZAMPAYO
(a Zoilo)
¡Cálmate!
ZOILO
(poniéndose en guardia)
... yo me dejo manosear!
(arremete atacando a Pedro; Zampayo huye,
y se esconde detrás de un árbol)
LIBORIO
(Interrumpiéndolo)
¡Quieto, Zoilo!
PEDRO
(ruge)
¡A muerte!
(Pedro saca el facón y se enrolla
el poncho en el brazo para pelear)
Escena Tercera
PONTEZUELA
(adentro)
¡Entréguese, cobarde!
(Zoilo apunta con su revólver. Pedro al oír la voz
de Pontezuela se detiene, y luego guarda el facón)
ZOILO
(guardando el revólver)
¿Y ahora? ¡Óigalo al bravucón!
¿Si se creyó que era el cuco?
(Pedro soporta, humillado,
el silencio de los presentes)
LIBORIO
(Abandona todo temor acerca del huésped. La
mansedumbre de Pedro niega al Matrero y
hace innecesarias las precauciones. Por eso
ordena a Zoilo que descargue el arma. A Zoilo)
¡Basta, descarga el trabuco!
ZOILO
¡Aprendió a respetar!
(Zoilo recoge la montura y sale)
LIBORIO
(a Pedro)
¿Oyó? Queda otro coraje, amigo,
si el de las armas perdió
ábrale paso al coraje de sembrar trigo.
PONTEZUELA
(entrando. A Pedro, al verlo cabizbajo)
¿Qué tiene? ¿Lo asusté?
ZAMPAYO
(Volviendo a la escena todo agitado)
¡Pobre Zoilo! ¿Lo mató?
LIBORIO
(a Zampayo. con fastidio)
¡Cállese!
PEDRO
(aproximándose tímidamente a Pontezuela)
Es que... moza...
(a una señal de Liborio, Zampayo
se retira por el fondo)
mi forma de ser es la mansedumbre.
Por eso usted asoma sobre mi guitarra:
para pintar estrellas hay que ser
como el remanso de un río!
PONTEZUELA
¡Prefiero el arroyo que es bravío y canta!
Me crié entre las piedra de los cerros,
los vientos dejaron sin flores mi planta,
no entiendo más canto que el de los cencerros
payadores, donde la dureza canta.
LIBORIO
(interno)
Pontezuela, eres igual que el higo de tuna,
¡de corazón dulce y espinas por fuera!
PEDRO
¡La nombra
y se le cae la baba por ella!
LIBORIO
Yo le fui robando sus aromas, hija mía...
(Don Liborio vuelve a trenzar
el interminable lazo de tientos)
PONTEZUELA
Lo mismo soy mujer
(llamando a Zampayo)
¡A ver tú, florecilla!
Toma mi caballo tordillo y ve a traer los terneros...
(Pontezuela observa el paciente trabajo
del viejo sin hacer caso de Zampayo)
ZAMPAYO
¡Pero dígame, mocita...
¿Aquí no hay otro peón que yo?
Yo para guardar la tijera;
yo para cebar mate, o traer los terneros.
LIBORIO
¡Vaya!
ZAMPAYO
¡Ya voy! ¡Y déle caminar!
(aludiendo a la taba)
Yo, de aquí a los chiqueros,
voy y vengo unas treinta veces.
(Zampayo sale. Pontezuela hace medio mutis a la casa)
PEDRO
(a Pontezuela)
¿Se va?...
LIBORIO
¿Para dónde vas hija mía?
PONTEZUELA
Siempre, a la hora de la oración,
estaqueo en las horcas de labrador
mi "manta matra" forrada de abrojos,
y me asomo como una novia a la tranquera
cuando bajan los recuerdos
a mis ojos llorosos...
PEDRO
(con emoción)
¡Pontezuela, así nacen los amores!
PONTEZUELA
(sin escuchar a Pedro)
De madrugada me abre el canto con herrumbre,
de las aves los cerrojos desde afuera...
y así sale al campo abierto,
resguardada por sus espinas, mi manta matra.
PEDRO
(apasionado)
¡Pontezuela, así florecen los amores!
PONTEZUELA
(reponiéndose)
¿Quien habla de amores?
¡Que busque resguardo
el clavel del aire...
que prende en cualquier parte!
(alude a la invalidez de Liborio)
¡Yo tengo el orgullo de la flor del cardo
que defiende cada lugar de la tapera!
(Sale con gesto altivo. Pedro queda
silencioso y desalentado)
Escena Cuarta
(Liborio y Pedro)
LIBORIO
(por Pontezuela)
¡Con sus desplantes de altivez la guardo!
PEDRO
(con ansiedad)
¿Para quién?
LIBORIO
¡Para un gaucho bueno que traiga
un cariño, un facón y un arado de mano!
PEDRO
Pero, es tan arisca...
(Pedro se sienta al lado de don Liborio y ceba mate)
LIBORIO
Nació paloma torcaz... suavecita y tristona.
Hablaba como trémolo de guitarra.
Y fue hierba de olor que se arrincona
y crece allí, porque ninguno pasa.
PEDRO
¿Quién la cambió?
LIBORIO
Mi pena... En una ocasión...
quedé paralizado lo mismo que un pichón
caído del nido en una noche helada...
Y aquel yuyito, vino a ser mi apoyo y bastón.
¡Pontezuela!... El revuelo del lazo,
como un chimango, le arrebató la risa...
En las caídas del caballo, las espinas erizaron
el cuero crudo de sus delantales...
Y cuando la hora de la oración pone cenizas
en las brasas de los cielos,
¡ella se santigua en la cruz de los animales salvajes
y va a los saltos juntando estrellas!
PEDRO
(confidencial)
Ahora dígame, viejo: sí algún día...
un gaucho malo, en un caballo de ancas
llegase aquí buscando refugio...
LIBORIO
(adusto)
Aquí hallaría pan, intenciones...
y melenas blancas...
PEDRO
(con temor)
¿Y si viniera a raptar a su hija?
LIBORIO
(enérgico)
¿Por Pontezuela? ¡No!
Yo, con todos los perros le saldría aullando
para que no bajara del caballo.
(Pausa breve)
PEDRO
(triste)
¿Y a mí, Liborio, me la entregaría?
LIBORIO
(compasivo)
Usted... no es de su tipo.
(irónico)
¡No se enlazan novillos con canciones!
¿Sabe trenzar un lazo?
PEDRO
Un "triste" con la guitarra...
LIBORIO ·
¡Con esas cuerdas revientan los bozales!
PEDRO
¡Pero tengo algo de los manantiales en mi guitarra!
LIBORIO
(sentencioso)
¡A las manadas de bueyes lerdas,
hay que darles otra agua: la del arroyo!
Hoy, ya no queda más que un canto criollo:
¡el del homero!...
¡Rompa las cuerdas! Con las cuerdas rotas
de una guitarra, puede hacerse un nido.
PEDRO
(con emoción)
¡Viejo, vine a ganarla!
(mientras canta don Liborio)
Vine a ganarla... pero es tan arisca.
¡Viejo, vine a ganarla!
LIBORIO
Será suya,
cuando traiga un arado para mi hija
y abra un surco en a tierra,
¡para que huya del trigal la luz mala!
PEDRO
(resuelto)
¿Y si hago así para conquistarla?
LIBORIO
Trato de gaucho viejo: ¡será suya!
Escena Quinta
(Liberato a caballo, aparece por la tranquera)
LIBERATO
(Dentro)
¡Buenos días!...
LIBORIO
¡Desmonta! ¿Vas con la cola atada?
LIBERATO
(entrando)
¡Vengo como correo!
LIBORIO
¿Qué hay?
LIBERATO
(apeándose)
Hoy los gauchos le piden ayuda...
LIBORIO
¿A quién?
LIBERATO
A sus peones.
Van a seguir el consejo del hornero:
¡hoy con seguridad vamos a atrapar al "Matrero"!
PEDRO
(sarcástico)
¡Deben llevarlo en el anca! ¡Es como el miedo!
LIBERATO
¡Él vino para este lugar!
Lo vieron allí, muy cerca de la barranca...
No hay más remedio que usar las armas.
LIBORIO
Es justo...
(Llamando por derecha)
¡Muchachos!
Escena Sexta
(Margarita, Zoilo y peones entran por la derecha)
ZOILO
(Desde lejos)
¡Lo escucho!
(pausa)
LIBORIO
¡Escuchen!...
Si el Matrero viniese aquí, a boca de tormenta,
buscando protección, bajo de este techo yo,
contra todos los horneros que lo persiguen,
le salvaba la vida
¡Pero se arrastra! No vino aquí.
Donde sea, hay que salir a buscar su guarida
y apresarlo.
LOS PEONES
¡No hay más remedio que usar las armas!
ZOILO
(desde la tranquera a don Liborio)
¿Traigo los caballos?
LIBORIO
¡Sí! ¡Que vayan todos!
ZOILO
¿Y si llegara a resistirse, don Liborio?
LIBORIO
Tendrán que matarlo entonces.
(a los peones)
Mis caballos zainos están allí, en el corral.
¡Ensíllenlos!
(mutis de los peones por izquierda, corriendo)
Escena Séptima
(Liborio y Pedro)
LIBORIO
(al ver que su huésped permanece
ajeno a la expedición proyectada)
¿Y usted, no los ayuda?
PEDRO
(con firmeza resignada)
Yo no... porque ahora voy a hacer mi horquilla
con la garganta de esta espuela.
¡Voy a clavar en mitad de los maizales
de espigas amarillas
mi guitarra encintada,
para espantar con ella los zorzales
que bajen a robarme las semillas!
LIBORIO
(contento)
¡Verás, hijo mío, que bien canta callada!
(cae la tarde)
PEDRO
(con honda emoción)
¡Háblele viejo!...
¡Que tiemble en su voz mi última payada!
LIBORIO
(con orgullo)
Le voy a decir que seguiste a mi consejo!...
PEDRO
¡Que traje todo y no me llevo nada!
LIBORIO
Le voy a decir que de mi ombú caído,
brotan los dos: la rebelde y el poeta...
(Liborio acompaña a Pedro, paternalmente hasta la
tranquera y luego se separan en silencio. Pedro sale
por izquierda y Liborio por la derecha, lentamente)
TERCER ACTO
(Patio exterior de la casa. Vista al campo abierto.
Es la hora del rodeo. Se oyen cantos de paisanos que
regresan al caer la tarde. Pasan las tropillas azuzadas
por el silbido de los reseros. Trae el viento el eco de
una danza popular que puntean las guitarras bajo el
alero de un rancho vecino)
Preludio
EL ARRIERO
(voz interna, en guaraní)
Languidece mi vida
y cuando el sol se esconde,
CORO
(interno)
languidecen mis ojos porque te recuerdo.
EL ARRIERO
(voz interna) (en guaraní)
Languidece mi vida
y cuando el sol se esconde,
CORO
(interno)
languidecen mis ojos porque te recuerdo.
Escena Primera
(Liborio y luego Pontezuela)
LIBORIO
(entra por el foro con aire preocupado, llamando)
¡Hija!... ¡Hija, gaucha, atiéndame!...
(aparece Pontezuela) (pausa)
Yo la quiero casar...
Pedro, es un zorzal enamorado...
Usted se le ha cruzado en su canto
lo mismo que tramojo en el alambrado.
PONTEZUELA
(con energía)
¡No, padre!... Usted mismo me ha enseñado
a rehuir del payador.
LIBORIO
(tranquilo)
Hoy me gusta, ¿sabes?... porque apuntala
otro rancho sin tordos en el techo.
¡Así lo querrás!... Ya no canta cubierto de barro,
¡para ti, vendrá vestido de gala!...
PONTEZUELA
(rebelándose)
¡No!... ¡Que no regrese! … ¡Mi espuela pincha!
¡Yo no soy hembra!... Cuando en el agua helada
alguna vez, de moza, hallé un espejo,
me lo quebró, al correr, la novillada.
LIBORIO
(sorprendido)
¿Me desobedeces?
PONTEZUELA
(vibrante)
¡De sumisa!... Hasta ahora me callé...
¡Y hoy grito, viejo!
Hasta ahora, nada mío defendí:
¡todo lo fui entregando a su consejo!...
Me queda el corazón
¡y no lo dejo atar de esta manera!
LIBORIO
(imperioso)
¡Lo mando yo, mujer!
PONTEZUELA
(con exaltación incontenible)
¡Yo no soy hembra!
¡He curtido mi alma!... Yo, montada a caballo
arrastro con mi lazo a mis pretendientes.
¡Yo fumo con mi aliento en la alborada!
¡Me alisaron el pecho los vientos del sur
al martillarme en cada embestida!.
Me borrarron la femineidad la garúa y los rigores,
al verme leña de la buena, dijeron "¡Macho!"
¡Tengo el derecho de elegir amores!
Escena Segunda
(Entra Pedro por el foro a la
izquierda y se queda mirando a
Liborio, como interrogándolo. Pausa)
LIBORIO
(a Pedro, con gran desaliento)
¡Devuélvame mi palabra!...
(señala su pecho)
¡La·quiero para llenar un hueco aquí!
(para sí)
¡El buey no sabrá nunca para quien labra!
(agobiado inicia el mutis, a Pedro)
¡Váyase!
(para sí)
¡Si pudiera llevarme a mí!...
(mutis por el rancho)
Escena Tercera
(Oscurece)
PEDRO
¿Pontezuela, me marcho?
PONTEZUELA
(con gesto cortante)
¡Sí!
PEDRO
(con dulzura)
Yo traje un pájaro,
le abrí la garganta y ya no canta...
Las cuerdas de mi guitarra las corté
para alambrar un campo de tréboles
y levantar un rancho allí...
Un humilde rancho,
donde siempre cante el viento del sur
un estilo en cada hilo
de las pajas de su techo.
¡Y yo, cerca de la testuz del animal,
labrando el verso del buey,
a dos yuntas,
para que juntas,
cuando precisase luz
sobre su pena secreta,
los brazos de mis cuatro versos
se abriesen como una cruz!
PONTEZUELA
(fríamente, indiferente)
¡Su canto no lo escuché,
porque huraña,
para no quedarme sin nada
entre esas telas de araña,
la rodaja de mis pestañas
a sus poemas cerré!
PEDRO
¡Pontezuela, ya lo sé!...
¡Voy montar y el camino es largo!
(El fragmento que sigue fue agregado por el autor
entre 1948 y 1958)
¡Quise tomar otro mate amargo
en este patio donde hablé,
bajo este alero sin sombra
y en la tranquera cerrada,
como una boca apretada
que ni siquiera me nombra!....
(fin del fragmento agregado)
PONTEZUELA
(inflexible)
¡Monte a caballo sin dudarlo!
¡Aquí nada lo va detener!...
PEDRO
¡Me voy sí!...
Ya sin dolor,
porque me agarra vergüenza
de haberme mostrado en flor.
(El fragmento que sigue fue agregado por el autor
entre 1948 y 1958)
(brutal)
Si te conservase amor
y el huir fuera mi defensa...
Hoy, para galopar mejor,
con la cola de tu trenza
alargaba mi rebenque.
PONTEZUELA
¡Bruto! ¿Por arrancarme el pelo crees...
que puedes amansarme?
¡Soy culebra, cada vez
que me arrastro a bellaquear!
¡Nadie me vio después...
Pontezuela, media luna,
algo de madre que se acunara
colgado de mi altivez!
PEDRO
¡Mentira!
(fin del fragmento agregado)
… ¡En vos no hay ninguna cosa,
que no tenga espinas!...
PONTEZUELA
(evocadora)
Nadie me ha visto los ojos,
cuando por mis pupilas cruza,
chistada por la lechuza,
la sombra que me desvela.
PEDRO
(apremiante)
¿Cuál es? ¡Habla, Pontezuela!
PONTEZUELA
(tranquila)
¿Para qué nombrarla?... ¡Para qué!
(animándose)
Esa sombra es la que fue
nublando siempre mi estilo.
¡Es la que ha cortado a filo
el odio con que te hablé!
(El fragmento que sigue fue agregado por el autor
entre 1948 y 1958)
¡Es el cardo que regué
en mi completa soledad!...
Bien sé cuanta herida abrirá...
pues siempre me pinchará
y nunca me curaré...
Sí, llaga viva se hará
y mientras aguante y siembre...
ninguno lo arrancará.
(Fin del fragmento añadido)
¿Para qué pides que la nombre?
¡Pobre cantor! ¡Vete ya!
PEDRO
(con mayor vehemencia)
¿Cuál es? ¡Habla, Pontezuela!
PONTEZUELA
¡El Matrero!... Sus razones
son el puñal y la suerte,
se envaina en las cerrazones,
y ladra tras él
el cachorro de la muerte...
Pero para mí, para esta china,
para esta mujer, el Matrero...
¡Lucha más que un chacarero!
¡Canta más que un payador!
Es tierra donde entra el acero del puñal...
y ese dolor
huyendo del pago entero,
¡cayó en mi pecho, y floreció!
PEDRO
¡Ah!... ¡Si lo hubiera sabido!...
Hago sofrenar aquí a mi caballo overo
y te atravesaba en las ancas
para que tus dos manos blancas
fueran abrazando mi pecho.
Escena Cuarta
(Entra Liborio por donde se fue. A poco los peones)
LIBORlO
(que al entrar ha oído los cuatro versos
anteriores, de Pedro)
¡Así no! Si llega aquí el Matrero...
yo, que no puedo con mis manos inválidas,
¡le corto con los dientes las patas de su caballo!
(a Pedro)
Ya lo sabe, esta mujer no tiene dueño.
¡No es mi hija!
(a Pontezuela)
¡Ahora verás!
(a los peones que están dentro)
¡Oigan ustedes! ¡Mañana
(con acento terrible)
traigan, para que la vea Pontezuela,
la osamenta del Matrero!...
PONTEZUELA
¡Tata! ¡Lo va a hace matar!...
LIBORIO
(duro)
¡Para que le rece!
(a los peones, gritando)
¡Arrástrenlo... para que su sangre engorde
el pedazo de campo por donde lo lleven!
PONTEZUELA
(desafiante)
¡Así van a ver cómo florece!
LIBORIO
(a los peones)
¡Tomen sus armas!
(a Pontezuela)
¡Ya verás!
¡Tu corazón va a ser la sepultura del chimango!
(a Pedro)
¡Usted también!
PONTEZUELA
(hacia el fondo, a los peones)
¡No tengan compasión!
¡Vayan todos... y entierren hasta el mango
sus dagas cobardes... para que así el Lucero
se eleve rojo de sangre en mi oración!
¡Cuánto más lo acorralen, más lo quiero!
(mutis de los peones)
Escena Quinta
(Liborio, Pedro y Pontezuela. Pedro, durante la
escena anterior, ha olvidado el peligro para
observar apasionadamente la actitud de la moza)
PONTEZUELA
(a Pedro, con odio y desprecio)
¡Vaya!
LIBORIO
(desde el fondo a los peones)
¡A caballo! ¡Incendien el estero!...
PONTEZUELA
¡Cobardes!
PEDRO
(a Pontezuela, resuelto)
Óyeme: Si no muero,
veras que soy el más fuerte.
¡Te voy a traer a tu Matrero!
(Hace mutis por izquierda)
LIBORIO
(a los peones que a caballo y armados desfilan
por el foro con dirección al pajonal)
¡Muchachos, entren con coraje, a sangre y muerte!
(se vuelve amenazante a Pontezuela, y luego sale)
Escena Sexta
(Pontezuela queda sola. Se oye el rumor de lucha:
el incendio del pajonal y disparos a distancia)
PONTEZUELA
(cae de rodillas)
¡Dios Padre!... ¡Yo no sé hablarte!
¡Pero tú oyes los suspiros...
cuando entre el fuego y los tiros,
se chamuscan para llegara ti!
¡El vivió cerca de ti,
porque nunca tuvo nido!
¡Fue siempre un cachorro en fuga!
¡Fue siempre como un adiós!...
¡Por eso sólo te pido...
que lo salves, Padre Dios!
Escena Séptima
(Pedro llega herido, medio ciego y vacilante.
Deja caer su cuchillo en escena)
PEDRO
¡Mujer!... ¡Te busco... te espero!...
PONTEZUELA
(sorprendida)
¡Pedro!
PEDRO
¡Tu frente es mi refugio!...
¡Yo... soy tu novio... El Lucero...
mírame... mientras me apago!...
PONTEZUELA
(Corre hacia Pedro. Él, herido, cae y ella,
de rodillas, sostiene su cabeza. Comprendiendo)
¡Novio... hasta en mí, fuiste vago!...
¡Toma mis manos: te quiero!
PEDRO
¡Habla!... ¡Pensé ser hornero!...
Por ti, hasta al pobre caballo overo...
¡iba a atarlo al arado!
(agoniza)
PONTEZUELA
¡Ya estás aquí, mi Matrero!...
PEDRO
¡Tú... me has querido carancho,
y me llamó la pelea...
y vengo a caer en tu rancho,
¡a mi modo! Solo... ¡y herido de bala!
(muere)
PONTEZUELA
¡Toma mis manos! ¡Te quiero!
Escena Octava
(Liborio Liberato y Zoilo con los peones
entran en tropel)
LIBERATO
(recogiendo el cuchillo del Matrero)
¡Este es su facón!... ¡Allí está!
PONTEZUELA
(deteniéndolos)
¡Silencio!
ZOILO
(llamando)
¡Viejo!
LIBORIO
(Saliendo, a los peones)
¿Y el Lucero?...
PONTEZUELA
¡Vino a morir aquí!
LIBORIO
(con asombro)
¡El cantor!...
PONTEZUELA
¡Está callado!
(Pausa. Todos se descubren)
¡Yo lo esperé siempre así!
Por la noche, malherido y desangrado.
Ahora las cuerdas de su guitarra
ya sólo cantan en silencio para mí.
(solloza en los brazos del viejo)
Digitalizado y Traducido por:
José Luis Roviaro 2011.
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