RESPONSORIO DEL SÁBADO SANTO

 

Música de Carlo Gesualdo de Venosa (1566 - 1613)

 

I
Sicut ovis ad occisionem ductus est,
et dum malet ractaretur, non aperuit os suum:
traditus est ad mortem
ut vivificaret populum suum.


Tradidit in mortem animam suam,
et inter iniquos reputatus est.  

II
Jerusalem, surge,

et exue te vestibus jucunditatis,
induere te cinere et cilicio:
quia in te occisus est Salvator Israel.  


Deduc quasi torrentem lacrimas per diem et noctem,
Et non taceat pupilla oculi tui.

III
Plange quasi virgo, plebs mea,
ululate pastores, in cinere et cilicio: 
quia veniet Dies Domini magna et amara valde.         
 
Accingite vos, sacerdotes, et plangite,
ministri altaris, aspergite vos cinere.  

IV
Recessit pastor noster fons aquae vivae        
ad cuius transitum sol obscuratus est:
nam et ille captus est, qui captivum tenebat
primum hominem:

hodie portas mortis et seras pariter
Salvator noster disrupit.          


Destruxit quidem claustra inferni
et subvertit potentias diaboli.  
 
V
O vos omnes qui transitis per viam,

attendite, et videte:
si est dolor similis
sicut dolor meus.

Attendite
, universi populi,
et videte
dolorem meum.

VI
Ecce
quomodo moritur iustus, et nemo percipit corde,
et viri
iusti tolluntur, et nemo considerat:        
a facie
iniquitatis sublatus est iustus
et erit in pace memoria eius.

Tamquam agnus coram tondente se obmutuit,
et non aperuit os suum:
de angustia, et de iudicio
sublatus est.          

VII
Astiterunt reges terrae,
et principes convenerunt in unum,
adversus Dominum, et adversusChristum eius.

Quare fremuerunt gentes,
et populi meditati sunt inania? 

VIII
Aestimatus sum cum descendentibus in lacum,
factus sum sicut homo sine adjutorio,
inter mortuos liber.

Posuerunt me in lacu inferiori,
in tenebrosis et in umbra mortis.

IX
Sepulto Domino, signatum est monumentum,
volventes lapidem ad ostium monumenti:
ponentes milites, qui custodirent illum.


Accedentes principes sacerdotum ad Pilatum,
petierunt illum.
 
 

I
Fue conducido como un cordero
para el sacrificio,
y aunque le maltrataron
, no abrió la boca.
Fue entregado a la muerte
para dar la vida a su pueblo.


Entregó su alma a la muerte,
y entre los injustos se contó.

II
Jerusalén, despierta y despójate

de tus festivos atuendos,
cúbrete con cenizas y cilicio
;
porque por ti ha muerto el Salvador de Israel.


Que broten como torrentes tus lágrimas día y noche,
y que tus ojos lloren sin descanso.

III
Llora como una virgen, pueblo mío,
gritad pastores, envueltos en cenizas y cilicios
,
porque el día del Señor se acerca, grandioso y amargo.
 
Disponeos
, sacerdotes;
llorad acólitos, cubríos con cenizas.

IV
Nuestro pastor se retira,
se aleja la fuente de agua viva
,
y a su paso el sol se oscurece.
Está cautivo el que cautivo tuvo al primer hombre.
Hoy,
nuestro Salvador, ha hecho pedazos
los cerrojos de las puertas de la muerte.

Sin duda
, ha destruido las cadenas del infierno
y ha aniquilado el poder del diablo.

V
Oh vosotros
, que pasáis por el camino,
prestad atención y ved
si existe un dolor como el mío.
 
Estad atent
os, hombres de todas las naciones,
y contemplad mi dolor.

VI
Muere el justo, y nadie lo advierte;
los
justos son apartados y nadie lo tiene en cuenta;
el
recto es apartado de la injusticia,
y su memoria perdurará en paz.

Como el cordero enmudece ante el esquilador,
Él enmudeció y no abr la boca,
de la angustia y del juicio
fue eximido.

VII
Los reyes de la tierra se sublevan
y
se unen a los príncipes
en contra del Señor y en contra de su Cristo.

¿Por qué se indignan las naciones
y los pueblos
realizan banalidades?

VIII
Me cuentan entre los que bajan a la fosa,
soy como un hombre desamparado,
relegado entre los muertos.

Me han echado a la fosa más profunda,
a las tinieblas, a la sombra de la muerte.

IX
Sepultado el Señor, el sepulcro es sellado
haciendo girar una piedra a su entrada
y poniendo soldados para custodiarlo.

Los príncipes de los sacerdotes acudieron a Pilato
y así se lo pidieron.


Traducido y digitalizado por:
José Carlos Carmona 2020